Un faro en la costa es igual que una cruz en lo alto de la montaña. Ambos guían.
A sus pies una casa sencilla, "pequeña pero grande". Sus muros combinan texturas suaves y aquellas que arañan si insistes demasiado.
En la casa del faro y en la casa de la cruz, se respira un aire limpio y puro que casi paraliza el tiempo.
Es un divertimento y un puzzle de coordenadas.
Es a veces insultante y otras un privilegio.
Es un combate con la paciencia, con guantes de azúcar y clavos.
En las alturas, siempre en las alturas: rozando el cielo y navegando memorias.
Es el punto de partida y a la vez el de regreso.
De peces y pájaros, de peces alados.
A sus pies una casa sencilla, "pequeña pero grande". Sus muros combinan texturas suaves y aquellas que arañan si insistes demasiado.
En la casa del faro y en la casa de la cruz, se respira un aire limpio y puro que casi paraliza el tiempo.
Es un divertimento y un puzzle de coordenadas.
Es a veces insultante y otras un privilegio.
Es un combate con la paciencia, con guantes de azúcar y clavos.
En las alturas, siempre en las alturas: rozando el cielo y navegando memorias.
Es el punto de partida y a la vez el de regreso.
De peces y pájaros, de peces alados.
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