SANDRA MARTÍNEZ

(MORIR)

Tendrías que frotar fuertemente la muñeca
contra una pared o algo por el estilo para
levantar la piel y sacar la vena fuera
y entonces cortarla.

Ryu Murakami, Azul casi transparente


Hemos muerto con la tristeza de poseer un corazón humano.

De dejar en el cuerpo del otro un vacío insípido.

Hemos muerto con la cobardía de unas lágrimas que se creían verdad.

De unas manos que no alcanzaban
a otras manos.

Porque nunca tuvimos el valor de abrirnos la piel y matar
el miedo.

Hemos muerto en soledad.


Nuestro gran temor.
Nuestras alas rotas todas.
Todas marchitas flores nuestras.